martes, 17 de enero de 2012

“EQUIVOCANDOSE POR NO EQUIVOCARSE”

Por: Pedro Miguel Fernández

¿Puede haber peor equivocación que pretender jamás equivocarse? Conozco no una ni dos, sino decenas de personas que ya entradas o pasadas de los 30 están solas, no porque quieran estar así, sino porque llevan más de 10, a veces 20, otras veces los 30 años buscando a la persona perfecta, para no equivocarse. Irónicamente, como están desesperadas por no quedarse solas, terminan equivocándose. La gran mayoría de estos casos son de mujeres (evangélicas por cierto). Se equivocan por miedo a equivocarse, pues cuando se ven quedadas, se equivocan por no quedarse solas.

No estoy diciendo que una mujer porque llegue a los 30 está quedada, eso es parte de las falsas creencias de la sociedad patriarcal. Quien quiera estar solo, esa es su decisión. El problema está cuando no quieres estar sola o solo, pero por miedo a equivocarte en tu elección, permaneces inerte. Esta indecisión se da, porque bajo los efectos de la ansiedad, la eficacia disminuye de manera sustancial.

Los sicólogos dicen lo siguiente: “Cuanto más sea el temor a equivocarte, más se verá afecto tu rendimiento, y cuanto menor sea el rendimiento, la auto-observación de inutilidad incrementará la ansiedad, bajando aun más el desempeño. En este espiral auto-destructivo, la angustia va apoderándose del amor hasta acabarlo”.

Buscando la cuota más alta reducen el amor a su mínima expresión. No andan buscando amor, sino seguridad emocional. La calle está llena de gente con frustraciones, temores, inestabilidad e inseguridad emocional y andan buscando que alguien les adopte y les brinde seguridad. ¿Cuál seguridad? La de sentir que no se equivocaron o cualquier otra.

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