miércoles, 23 de noviembre de 2011

¿POR QUE COMUNMENTE LOS MEJORES AMIGOS NO SE ENAMORAN?


Por: Pedro Miguel Fernández

Según el filósofo romano Plotino debemos "esculpir nuestra propia estatua". La estética del buen vivir no consiste en adquirir mucho conocimiento, sino en esculpir, desaprender, quitar de nuestras vidas todo lo que está demás, hasta que aflore nuestro verdadero "yo" (lo que somos).

Las mejores relaciones se dan entre personas que, quitándose las máscaras, se muestran tales y como son realmente; entre personas que son coherentes y honestas consigo mismas. ¡Qué pena que vivamos en un mundo de apariencias! Pues, en un mundo así es muy difícil encontrar personas con estas cualidades.

Por algo, cuando leemos la historia nos damos cuenta de que las relaciones más estables en el siglo pasado fueron las que se dieron entre bueno amigos. Además, es interesante que mayoría de sicólogos digan que lo mejor es enamorarse de la mejor amiga o amigo. Lo que sucede con esto es con tu mejor amigo o amiga te conoces bien y ya no se pueden fingir.

Lo interesante es que en nuestra sociedad actual, la gente como ama la apariencia, le huye como pareja a quien le conoce bien. Hoy nuestras mejores amistades son aquellas de las no nos enamoraríamos. Se prefiere una persona desconocida al momento de crear una relación, precisamente porque no se le conoce. ¡Nada más erróneo! Peor aún, no es bien visto que los mejores amigos se enamoren. Ojo, esto no es algo natural, sino la consecuencia del mundo artificioso e irreal en que vivimos.

martes, 22 de noviembre de 2011

¿POR QUE NUESTRAS PAREJAS NO SIEMPRE CUMPLEN CON LO QUE NOS DICEN?

Por: Pedro Miguel Fernández

Como hemos dicho repetidas veces, en el ser humano hay dos dimensiones totalmente opuestas entre sí. Cada una tiene su propio modo de ser específico, su propia lógica y su propia verdad. Estas dos dimensiones son: lo emocional y lo racional, el sentir y el pensar. Estas dos dimisiones son igualmente importantes. Sin lo emocional el ser humano no sería más que un robot, respondiendo a una programación lógica; sin lo racional el ser humano no sería más que un animal, respondiendo a impulsos emocionales. Lo importante será mantener equilibrada la balanza pensar-sentir del ser humano.

Enamorarse es, en el mayor y en el mejor de los casos, abrirse a lo emocional, al sentir, al placer. Esto no es malo, al contrario, es una experiencia vital. El problema se crea cuando el sentir desmedido inclina la balanza, desequilibrando en la persona su control emocional.

El caso es que, al enamorarse, si se desequilibra la balanza razón-emoción (lo cual sucede en la mayoría de enamorados), se pierde la capacidad de tomar decisiones racionales. Recordemos que lo emocional es irracional. Como es lógico, toda decisión irracional, tiene un alto porcentaje de terminar en desastre. A esto hay que agregar el hecho de que las emociones son pasajeras, es decir se agotan con el tiempo; esto se da como una forma de autoprotección de nuestro cuerpo, pues no aguantaríamos sentir por mucho tiempo una gran emoción, ello podría autodestruirnos. De aquí, que todo lo que se construye bajo los efectos de las emociones, tiende a agotarse con el tiempo; a menos que, pasado el efecto emocional, se siga sustentando con la razón. Esto explica por qué la mayor parte de las personas que se convierten en campañas evangelísticas no permanecen más que un corto tiempo en la iglesia; también, por qué la mayoría de las relaciones de parejas contemporáneas son tan efímeras.

Seamos claros, si tu pareja te dice en el momento de las caricias: “eres mi todo”, “no puedo vivir sin ti”, “eres mi universo”, etc. Puedes creérselo, pues lo más probable es que te lo esté diciendo con todo el corazón. Ahora, nunca olvides que, como todo lo dicho o construido bajo los impulsos emocionales es pasajero, esa verdad también es pasajera. La misma no tiene base en la realidad, sino en las emociones, en el sentir, en el placer. Por lo tanto lo más probable es que no dure más que el tiempo que dure la emoción.

Hoy hay muchas personas que sufren decepcionadas porque su pareja en un momento le dijo: “tú eres el amor de mi vida”. Sin embargo, le engañó con otra persona (pueden ser otros los ejemplos). Si te ha tocado vivir una situación similar, trata de recordar en qué momento te dijo tal cosa; si fue en un momento de emoción, ya sabes por qué no cumple con lo que te dijo.

Somos conscientes de que este tema es más complejo todavía, así que, más adelante seguiremos desarrollándolo.

domingo, 20 de noviembre de 2011

LA GRAMATICA DEL AMOR (Hay que conocerla para saber amar)


Por: Pedro Miguel Fernández Si bien es cierto que decirle a la pareja “eres mía o eres mío”, “soy tuyo o soy tuya” es algo tierno y apasionante en la relación, no menos cierto es que dicha frase crea una relación muy estrecha entre el amor y la esclavitud. Pero ¿qué causa esta relación tan estrecha entre el amor y la esclavitud?

Para dar respuesta a la pregunta anterior, analicemos gramaticalmente el amor. Por ejemplo, AMO:

1.      Puede ser la conjugación del verbo “amar” en primera persona singular, en el tiempo presente: “yo amo”; este verbo también puede ser expresado en una oración con complemento directo: “yo te amo”.
2.      También puede expresar el sustantivo: “amo”. Amo es aquella persona que tiene algún esclavo bajo su posesión. Una oración podría ser: “yo soy el amo o yo soy tu amo (dueño)”.

Los dos ejemplos anteriores también son aplicables a la palabra “AMA”.

El caso es que si analizamos un poquito no daremos cuenta de que desde el lenguaje hay una relación muy estrecha entre el amor y la esclavitud. Esto explica la tendencia de las personas enamoradas a querer poseer a la pareja (ser el centro de su vida), a convertirse en esclavas afectivas, o a convertir la relación amorosa en una cárcel afectiva.

En consecuencia, amar es un arte, muy arriesgado por cierto. El amor es un llamado a la más plena libertad y una seducción a la más honda esclavitud. Saber amar es contar con el arte de crear un balance entre la libertad absoluta y la esclavitud total. Es saber jugársela, para de dos hacer uno sin dejar de ser dos. Poseer a la pareja es esclavizante, pero no mostrar ni un poco de pertenencia suele ser indiferencia. Por ello, amar puede propiciarte la vida más digna o provocarte la muerte más cruel; la riqueza más grande (estar con quien amas) o la pobreza más miserable (mendigar amor por alguien). Recuerda, el amor puede darte la vida, pero también puede quitártela; aprende a amar.

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