martes, 12 de junio de 2018

“Individualismo Epistemológico”


Pedro M. Fernández

Steven Lukes define el individualismo epistemológico como una doctrina filosófica sobre la naturaleza del conocimiento, la cual afirma que la fuente del conocimiento se encuentra en el individuo.
Muchos pensadores de tradición racionalista se inscribieron en esta línea de pensamiento, empezando por Descartes, siguiendo con Malebranche, Leibniz y Kant. Sin embargo, es en el empirismo que el individualismo epistemológico se concreta como tal. Pues se sostiene que la experiencia individual es la fuente del conocimiento.
En el empirismo esta doctrina toma diversas formas. Por ejemplo, para Locke todo los objetos del pensamiento son aportados por la percepción sensorial. Para Berkeley todas las cosas sensibles sólo existen en la mente y todo conocimiento procede de la percepción sensorial. Para estos autores las sensaciones siempre son correctas lo que asegura la certidumbre del conocimiento.
Pero llega Hume y nos plantea un punto de vista escéptico al respecto, para él tal seguridad es imposible, porque los sentidos no son infalibles.
Como es obvio, esta corriente influenció al pensamiento psicológico desde sus inicios científicos. Incluso, cabe notar cómo las ideas de estos filósofos nos plantean un atomismo psicológico, pues se concibe el conocimiento como una masa de elemento sensibles. Este pensamiento atomista estuvo presente en muchos de los psicólogos de finales del siglo XIX, por ejemplo Wundt y Titchener.
Dicho pensamiento atomista va a encontrar una contraposición en el fenómeno global de la Gestalt. Donde se entiende que el todo es más que la suma de las partes y quienes se opusieron el individualismo metodológico: reducir el fenómeno global a sus partes constituyentes. Sin embargo, un cambio importante en el individualismo epistemológico lo empezamos a observar con Durkheim y Wittgenstein.
Aun así, el individualismo epistemológico sigue teniendo mucha fuerza en los modelos actuales de comprensión del conocimiento. Por ejemplo, vemos que en la Neurociencia se plantea todo el conocimiento construido por el cerebro a partir de la interacción con el ambiente, volviendo a los empiristas clásicos y obviando, en muchos casos los aportes sociológicos.
Además, a partir de la década de 1960 retoma fuerza la neuroanatomía funcional del conocimiento que había quedado olvidada en el siglo XIX en el psicobiología y la psicofisiología debido al imperio del Psicoanálisis y el Conductismo la primera mitad del siglo XX. Así el empirismo contemporáneo se interesa menos por la explicación psicológica de cómo se adquiere el conocimiento y se inclina por la biología y a la fisiología del sistema sensorial y el procesamiento de la información, desde luego en términos individualistas.
Como sostiene Lukes, la línea central de esta argumentación afirma que todas las proposiciones cuya verdad sea contingente y a cuyo conocimiento podamos acceder, deben basarse en proposiciones que transmitan directamente experiencia sensorial: “proposiciones datos-sensoriales”. Así como afirma Russell caemos en lo que él llama “atomismo lógico”.
Cabe resaltar que como objeción al empirismo y al individualismo epistemológico tenemos la exigencia de un mundo público compartido y el lenguaje intersubjetivo compartido, ambas condiciones previas al conocimiento.

Referencia:
Lukes, S. (1975). El individualismo. Ediciones Península. Barcelona, España.

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