Por: Pedro M. Fernández y Paola Y. García
Para ser buen psicólogo o psicóloga no basta con estudiar Psicología, es
necesario aprender a pensar dentro del sistema de pensamiento psicológico, es
decir, psicológicamente. Lamentablemente, cuando dialogamos con estudiantes (y
muchos profesionales) de Psicología en República Dominicana (esto también
sucede en otros países) nos encontramos con que no saben pensar
psicológicamente; sus análisis de los fenómenos sociales y personales son más
triviales y de sentido común que psicológicos. Lo que nos lleva a plantearnos
que a quienes estudian Psicología se les enseña muchas cosas, menos a pensar
psicológicamente. Y que además, se les dificulta pensar de este modo porque
desconocen el sistema de pensamiento psicológico.
El objetivo de este artículo es presentar el origen filosófico de
algunas ideas centrales dentro del pensamiento psicológico. Pretendemos, sin
ser exhaustivos, reflexionar sobre la relación que existe entre el pensamiento
filosófico y psicológico. No profundizamos en el análisis de los diferentes
filósofos, sólo veremos cómo surgieron algunas corrientes de pensamiento en la
Filosofía y cómo éstas conectan con algunas corrientes del pensamiento psicológico.
Este artículo es fruto de las reflexiones de las lecturas de verano que
realizamos mi esposa (interesada en historia del pensamiento filosófico) y yo
(interesado en la filosofía de la ciencia).
La filosofía intenta aprehender el sentido más profundo y universal de
la realidad a través de la única porción de materia consciente y pensante que
existe (el ser humano). Así el desarrollo en el seno de la filosofía repercute
en el desarrollo de las ideas psicológicas, debido a que quien desarrolla las ideas
filosóficas es el objeto de estudio de la psicología (la persona). Por ejemplo,
al tratar de conocer los fenómenos de la naturaleza, los filósofos se
preguntaban por el conocimiento en si mismo y por el ente cognoscente. De este
modo, se aporta al desarrollo del conocimiento filosófico y psicológico.
Cabe notar que la mayor parte de los temas que ocuparon a los primeros
psicólogos científicos del siglo XIX, ya los habían abordado los filósofos
griegos antiguos (para muchos autores la psicología como ciencia representó el
paso de la psicología filosófica a la psicología fisiológica). De hecho, cada
sistema de pensamiento psicológico (cada escuela psicológica) tiene como
trasfondo alguna corriente o doctrina filosófica. De modo que, si entendemos el
pensamiento filosófico podemos entender mejor el pensamiento psicológico. Todo
buen psicólogo o psicóloga debería tener algún conocimiento del pensamiento
filosófico de la Psicología.
La Filosofía en sus albores se interesó por al menos tres temas
principales, los cuales sellaron la relación perpetua entre filósofos y
psicólogos, a saber: 1) la naturaleza del cosmos, 2) la permanencia y el cambio
y 3) el conocimiento del cosmos. En otras palabras, ¿de qué está compuesto el
cosmos? ¿El universo es cambiante o estático? ¿Cómo podemos conocer los
fenómenos de la naturaleza?
1.
¿De qué está compuesto el
cosmos?
Esta pregunta representa un paso importante en la evolución del
pensamiento humano, pues con ella se pasaba de las explicaciones mitológicas y
mágicas de la realidad a una explicación naturalista. En otras palabras, los
fenómenos de la naturaleza dejaban de ser consecuencia del estado de ánimo de
los dioses, para pasar a tener causas naturales.
El primero que se apartó de las explicaciones religiosas fue Tales de
Mileto, el cual propone que toda la realidad está compuesta por un único
elemento. A esta tradición iniciada por Tales se la conoce como la tradición de
la física, ya que la palabra griega para referirse a un único elemento del cual
provenían todas las cosas es fýsis.
Para Tales ese elemento era el agua.
Más adelante, con Leucipo de Mileto y Demócrito de Abdera, nos
encontramos con que los elementos básicos de la naturaleza son átomos. Esto da paso a la explicación
materialista y determinista de la realidad.
De modo que, dado que todos los fenómenos son naturales y que toda la
naturaleza está compuesta de materia y no de otra cosa, toda explicación de
cualquier fenómeno debe ser explicado desde una perspectiva naturalista,
materialista y monista.
Si observamos el inicio de la Psicología como ciencia, nos damos cuenta
de que esta se aparta de las explicaciones metafísicas hacia la explicación
naturalista. Sobretodo, el miedo de los científicos ilustrados a caer de nuevo
en garras de la religión (como en la Edad Media), los llevó a rechazar toda
explicación que no tuviera evidencia empírica. Esto lo podemos observar con el
positivismo. Entonces, la Psicología en sus inicios adoptó el método científico
natural, la filosofía positivista y la explicación fisiológica de los
fenómenos mentales. Así tenemos la psicofisiología en los inicios de la
Psicología como ciencia.
El Conductismo es la máxima expresión de estas corrientes filosóficas. El
mismo es naturalista, materialista, positivista y monista. Sólo existe la
materia y no existe la mente, porque no es susceptible de observación directa y
porque no es material.
2.
¿El universo es cambiante o
estático?
La segunda pregunta importante que se realizaron los filósofos fue si
existía el movimiento o si todo permanecía estático ¿existe el cambio o no? En este
punto se inicia con dos posturas opuestas. Para Heráclito de Éfeso todo cambia,
todo está en movimiento. Sin embargo, para Parménides de Elea todo permanece
estático.
Las consecuencias de estas dos posturas son muy diversas. Si todo está
estático entonces el cambio es sólo una ilusión, imagen o apariencia de la
realidad. Por consiguiente nos engañan nuestros sentidos y los mismos no serían
pertinentes para conocer la realidad. Por otro lado, si la permanencia no
existe, entonces las cosas no tienen esencia inmutable, nada sustenta la
realidad. No existe el ser, ni tampoco las verdades absolutas.
Dicho esto, si todo está estático y el movimiento es sólo una ilusión
perceptual, entonces no deberíamos confiarnos de las experiencias, sino de la
razón. Pero si el cambio es real y no existe la permanencia entonces deberíamos
fiarnos más de la experiencia que de nuestros razonamientos.
Estas ideas han repercutido en la Psicología como ciencia. La idea inicial
de la Psicología como el estudio del alma, luego de la mente, lleva a
preguntarse si la naturaleza de la mente ¿es un ente diferente al cuerpo? Así lo
veía Descartes en su pensamiento dualista heredado de Platón. La corriente
psicodinámica ha tenido influencia de estas ideas.
3.
¿Cómo podemos conocer los
fenómenos de la naturaleza?
De lo anterior se desprenden dos corrientes: empirismo, racionalismo, y
todo un estudio profundo sobre los sentidos iniciados con Alcmeón de Crotona y
Empédocles de Agriento. Estos dos estudiaron el sistema sensorial y nervioso y
rechazaron la idea de la permanencia de Parménides. Para ellos los sentidos sí
eran las vías válidas para alcanzar el conocimiento, dando inicio al empirismo.
Platón diferencia el conocimiento sensible del conocimiento inteligible,
el conocimiento de los sentidos y el conocimiento de la razón, dándole más peso
al conocimiento de la razón, así se inicia el racionalismo.
Dentro de la Psicología encontramos la expresión del empirismo en el
Conductismo, mientras que el racionalismo lo encontramos en el Cognitivismo. Las
implicaciones de estas corrientes filosóficas en el pensamiento psicológico son
muy variadas. Por ejemplo, ¿podemos fiarnos de lo nos informan nuestros
sentidos? ¿Somos realmente racionales? La corriente psicodinámica se preguntaba
esto último.
Comprender todo esto, nos permite comprender mejor de dónde vienen las ideas
que tenemos y que nos permiten establecer nuestros juicios y dentro de qué
marco filosófico se circunscribe un determinado pensamiento psicológico. Obviamente
estas son sólo tres preguntas de la filosofía, y sólo hemos planteado algunas
implicaciones y relaciones con la Psicología. Pero con ello, sólo queremos
mostrar lo importante que es conocer la historia del pensamiento filosófico del
cual subyacen las ideas psicológicas.
Para profundizar sobre estas reflexiones, consultar.
·
Leahey, T. H. (2005). Historia
de la Psicología (6ta ed). Madrid, España. Pearson Prentice.
·
Reale, G., Antiseri, D. (1995).
Historia del pensamiento filosófico y científico: Antigüedad y Edad Media (Tomo I). Barcelona, España. Editorial
Herder.
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