Por: Pedro Miguel Fernández - 2017
Abordar el tema del aborto encierra un sinnúmero de dificultades debido
a la multiplicidad de factores que éste incluye y a las consecuencias que del
mismo se derivan. Entre dichos factores cabe mencionar lo femenino, lo
económico, lo religioso, lo político, lo científico, entre otros. De alguna
manera, cada uno de estos factores constituye un problema que dificulta el
camino hacia un consenso plausible.
Lo femenino. Dado que el estado actual de la realidad es consecuencia de cómo han
ocurrido las cosas hasta el momento en que estamos, no sabemos (sólo podemos
inferir) cómo serían las cosas si los acontecimientos hubieran ocurrido de otra
forma. ¿Qué pensaríamos del aborto si fueran los hombres los que se embarazaran?
¿Cómo se juzgaría el aborto si el mundo no girara en torno patriarcado?
Aunque puede que hayas quienes entiendan lo contrario, el hecho de que
sea una mujer la que se embarace en un mundo patriarcal tiene un significado
particular. Si a esto agregamos el hecho de que hasta hace menos de 500 años la
mujer era entendida y tratada como objeto sexual, reproductivo y comercial; y
en tanto objeto, sin derecho de decidir sobre sí misma; y que aunque el
cristianismo le reconoció estatus de humana, no fue sino hasta hace unos pocos
años que ha podido empezar a disfrutar de ciertos derechos y libertades gracias
a las luchas de los movimientos feministas; entonces podemos entender el hecho
de que los sectores conservadores le confieren más humanidad a un cigoto que a
una mujer y que en caso de riego, prefieran salvar al cigoto antes que la vida
de la mujer.
Lo religioso. El factor religioso es muy importante para entender el problema del
aborto. Por lo menos en República Dominicana que es una nación confesional y en
donde alrededor del 87% de las personas profesan alguna religión
(mayoritariamente la cristiana), los argumentos religiosos cristianos tienen
importancia tanto para las personas creyentes (por las creencias doctrinales
que tienen), como para los políticos que tratan de complacer a los sectores que
les pueden garantizar su permanencia en el poder. El problema con los
argumentos religiosos es que se basan interpretaciones de la biblia que
responden a los intereses de quienes interpretan, los cuales tratan de imponer
por la fuerza sus argumentos al resto de los mortales. Obviamente una nación
debe gobernarse sobre un estado de derechos consensuados a través de la razón,
no por la moral de una religión particular.
Lo científico. Quienes han estudiado la evolución de los paradigmas epistemológicos
saben que dichos paradigmas evolucionan sobre la base de consensos que, en el
mayor de los casos, son impuestos desde los grandes imperios al resto del
mundo. Y durante la vigencia de un paradigma, éste determina cómo se hace
ciencia. Pero una cosa es la investigación científica y otra es la
interpretación de los resultados de dichas investigaciones, las cuales, muchas
veces, están mediatizadas por los intereses de quienes interpretan. Así muchos
defienden científicamente, y supuestamente con evidencias, que se es humano
desde la concepción. Lo cual parece estar poco claro hasta el momento. Los que
defienden la vida desde la concepción, tienen mucha razón; porque incluso una
bacteria es una vida, la cual también es una célula. Pero de ahí a que el
cigoto ya sea un humano, hay una gran diferencia.
Lo político. Este factor juega un papel muy importante, porque son los políticos los
que dirigen el rumbo en que irán las leyes que regirán a la nación. Pero
contrario a representar los intereses de todos y todas, los políticos en el
mayor de los casos sólo buscan su permanencia en el poder. Y como es obvio,
habrá problemas que crear leyes que sean justas cuando se quiere congraciarse
con quienes se entiende que pueden ayudar a permanencia en el poder. De manera
que, a la mayoría de los políticos no les interesa ser críticos frente a la
ciencia, ni frente a los argumentos religiosos, ni satisfacer los intereses de
sectores minoritarios que no les representen votos. Esto, también es un
problema.
Lo económico. Aquí hay que dejar claro que, en el mayor de los casos, a quienes
afectan leyes en torno al aborto son a las mujeres de escasos recursos
monetarios. Pues quienes tiene dinero pueden resolver viajando a un país donde
haya otras legislaciones sobre el aborto. Por otro lado, la práctica ilegal del
aborto favorece económicamente a quienes lo practican en la clandestinidad.
Pero es un gran peligro para las mujeres que, por la razón que sea, se someten
a la práctica en las condiciones más inhumanas posibles. En un país que se
realizan más de 90,000 abortos al año, deberíamos tomárnoslo enserio.
En fin, tenemos diversas interpretaciones religiosas y diversas
interpretaciones de las investigaciones científicas que se utilizan como
argumentos para, dependiendo de los intereses, defender o no la práctica del
aborto en sus diversas vertientes o en algunas de ellas. Y tanto la ciencia
como la biblia dan para muchos tipos de interpretaciones.
Entre los intérpretes están los conservadores y los progresistas, entre
otros. Y como sabemos, las interpretaciones de los sectores conservadores nunca
han buscado favorecer las causas de las minorías, sino sus dogmas que les
confieren poder. Y como en el mayor de los casos, los problemas económicos a
ellos no les afectan, no parece importarles quienes son afectados por los
mismos.
Así las cosas, se hace necesario que repensemos cuál es el mejor camino
a seguir. Para ello, es necesaria una interpretación crítica de los textos
bíblicos y de las investigaciones científicas. Por lo demás, sólo podemos
preguntarnos ¿es más importante la vida del cigoto que la de la mujer? No sabemos lo que opinaría el feto, pero ¿es
lo más factible obligar a nacer a alguien que si vive no podrá ser autónomo ni
independiente y tendrá que pasar la vida sufriendo? Sabemos que no es culpa de
la criatura, pero ¿es obligatorio que la mujer víctima de violación o incesto
tenga que llevar en su vientre una criatura si no lo desea, dado que el peso
psico-emocional es inllevable? También, habría que preguntarse por las demás
razones por las que las mujeres abortan: por que las obligan los hombres, por
presión social o condena religiosa a la relación sexual fuera del matrimonio,
por razones económicas, etc.
Obviamente, estas preguntas ya tienen respuestas pre-elaboradas por los
diversos sectores, lo cual nos hace caer en un círculo aparentemente
interminable, entre tanto miles de mujeres siguen practicando abortos de
maneras clandestina y siendo víctimas de un sistema que no parece importarles
poco la vida de las mujeres.
En medio de esta situación, es necesario prevención, acción legal y
educación. Pero todo esto debería ir dirigido pensando en favorecer primero a
las humanas que tenemos en medio nuestro.
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