Por: Pedro Miguel Fernández - 2015
Para que todos me entiendan, el masoquismo es la condición de
ciertas personas que obtienen placer al ser torturadas. De alguna manera su cerebro
ante la tortura libera endorfinas (opioides encargadas de inhibir la sensación
de dolor temporalmente) y también libera dopamina (neurotransmisor encargado,
entre otras cosas, de la sensación de placer). Así, mientras para una persona
común la tortura es dolorosa, para un masoquista es placentera.
¿Por qué tomar la experiencia sexual como referencia? Pues,
porque es la que más manejan las personas. El sadomasoquismo es la situación en
la cual la persona obtiene placer al ser maltratado en el acto sexual o al
hacerlo a su acompañante sexual. Cabe decir que en todo acto sexual el dolor se vuelve
placentero. Pues cuando besamos el cerebro libera endorfinas y dopamina, así se
inhibe el dolor y se aumenta el placer.
Lo interesante es que en las iglesias también aparecen
personas a las que llamaré "masoquistas espirituales". Estas son
personas que les encantan las predicaciones en donde se dice todo tipo de cosas
malas de los hermanos y hermanas, ellos se gozan cuando le restriegan en la
cara a los demás (algunos, hasta a ellos mismos) todos sus pecados, es como si
los golpearan. En su éxtasis dicen: ameeén, coge ahí, habla papá, y in sinfín
de obscenidades más. Comúnmente estos son los más santos, por eso juzgan a todo
el mundo, le llevan la vida; son omnipresentes, pues donde menos te imaginas
ahí están ellos al asecho y golpean tanto a las personas, que hasta hacen que
se vayan de la iglesia. Lo que ellos no acaban de comprender es que todos no
sufren de ese trastorno.
Nuestro cristianismo tradicional está basado sobre el
dualismo: cielo/infierno, es todo lo que puede ofrecer. Los masoquistas
espirituales se encargan de que cada persona que llega a la iglesia se sienta
en el mismo infierno si no vive el evangelio conforme a los prejuicios que
ellos tienen en la cabeza. Así nuestro cristianamos no ha podido ser capaz de
dar una respuesta a la necesidad de la gente. Pues entras a la iglesia y lo
primero con lo que te enfrenta es con lo siguiente: "no te preocupes Dios
es el que cambia, pero recuerda que Dios es fuego consumidor, y si no cambias te
vas para el infierno". Waooo... Qué gran ayuda! "Ven con todas tus
cargas". A las dos semanas: "hermana a Dios no le gustan ese tipo de
falsa", "pero es que no tengo más", "ore a Dios que él
suple". Jejeje. Muy gracioso.
Si no cambiamos nuestra lógica, no lograremos llegar a la
gente que están necesitadas de Dios, pero que por temor no van a una iglesia.
La gente está cansada de que la sociedad la maltrate. Nadie se va a meter a una
iglesia para lo mismo. Si nuestra justicia no es mayor que la de la sociedad,
no lograremos impactar positivamente la vida de nadie. A la gente normal no le
gusta que la maltraten, ni que las presionen. Otra forma de cristianismo es
posible. Lamentablemente no se puede echar vino nuevo en una vasija vieja, pues
se rompe.
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