miércoles, 21 de junio de 2017

“EN SEXUALIDAD ¿EXISTE LA PRIMERA VEZ?”

Por: Pedro Miguel Fernández - 2013

Para abordar este tema con pertinencia y con la objetividad crítica y analítica que procuro en cada uno de mis escritos, considero oportuno realizar algunas aclaraciones sobre qué es sexo y sexualidad.

De inicio, cabe afirmar que los seres humanos no tenemos sexo, es decir, no hacemos sexo, sino que “somos sexo”. De manera que el sexo no es lo que la gente hace cuando se quita la ropa, sino una condición biológica. Porque el sexo es nuestra condición de seres sexuados, es decir, lo que nos diferencia como machos y hembras de la especie.

Entonces, los seres sexuados no hacen el sexo (pues no es una fabricación de ellos), tampoco tienen sexo (pues no es algo que posean), sino que “son sexo”, es decir es su condición de seres sexuados. De aquí que los seres sexuados lo que hacen es interacción sexual, relación sexual o encuentro sexual.

Ahora, ¿qué es la sexualidad?
a.      Es el conjunto de características que nos identifican como seres sexuados.
b.     Es el conjunto de conductas dirigidas a producir la interacción, relación o encuentro sexual.
c.      Es toda conducta encaminada producir placer a través de la erótica (la erótica es toda conducta orientada a proporcionar o recibir placer).
d.     Es toda construcción socio-cultural y moral que condiciona nuestro deseo de proporcionar y recibir placer.
e.      Es un conjunto psico-afectivo, emocional y sentimental que genera conducta de buscar o dar placer.

En términos neuro-biológicos, el placer es todo aquello que nos garantiza la supervivencia. La liberación de hormonas de placer eficientiza la interacción y el encuentro sexual y, con ello, garantiza la supervivencia de la especie a través de la reproducción.

Ahora bien, aunque en sentido biológico la función principal de la sexualidad es la reproducción, cabe destacar que hay por lo menos cuatro funciones importantes de la sexualidad que aquí sólo mencionaré: a) producir placer; b) conocimiento; c) comunicación; d) reproducción.

Tomando en consideración lo dicho anteriormente, puede afirmarse que sexualidad es parte integral del individuo durante toda su existencia.

Entonces, ¿existe la primera vez? Sí y no. Ya que tendríamos que preguntarnos ¿la primera vez de qué? Pues la interacción sexual está presente desde la infancia. Sin embargo, aquí tenemos que volver a la sexualidad como construcción socio-cultural y moral que condiciona nuestro deseo de proporcionar y recibir placer. Según la construcción socio-cultural del patriarcado androcéntrico y machista la sexualidad es sólo coito, copulación comprendida en la trilogía: erección, penetración, eyaculación. De manera, que lo que llamamos la “primera vez”, no es más que una construcción de esta sociedad antes citada, con la que se busca darle una trascendencia casi divina al acto del coito, convirtiéndolo en algo atractivo para todos y una meta a alcanzar.

Esta trascendencia de la primera penetración, está basada en una visión coito-céntrica, que sólo entiende como sexualidad el acto del coito. Esto hace que todo lo demás sea visto como preliminares o juegos previo que la gente no logra disfrutar de forma particular, pues se nos han enseñado que eso se practica para llegar a lo otro. Pues se entiende que el encuentro sexual sin penetración no es sexual, y que si no hay orgasmo está incompleto. Todo esto, creencias que se pegan más que el chicle a la suela del zapato y que sólo provocan la decepción y el trauma en mayoría de adolescentes que se creyeron la fantasía o el cuento de Adas de la trascendencia y lo especial de la “primera vez”, al no experimentar lo que esperaban.


En fin, si eliminamos las construcciones culturales, coito-céntricas y androcéntricas de la sexualidad nos encontramos con que no existe la primera vez en la sexualidad, y si existe nadie la recuerda, pues pertenece a las experiencias de la infancia. La idea de lo trascendental de la “primera vez” lo único que crea es un atractivo para que cada vez más adolescentes queden embarazadas, por la curiosidad y el deseo de probar eso que los adultos pintan como tan tentado. Como si sexualidad fuera algo que se sólo da cuando nos quitamos la ropa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

SARS-COV-2 (COVID-19): Pánico, Demonios y Conspiraciones

"Una reflexión desde la Psicología Social y la Sociología de la Religión" Pedro M. Fernández “Es necesario que todo e...