martes, 16 de mayo de 2017

"GÉNERO, SEXO Y EDUCACIÓN: UNA VISIÓN INTEGRAL" (ENSAYO)

Por: Pedro Miguel Fernández - 05-2017

Introducción.
Mientras que desde la física clásica toda la naturaleza parece estar regida por leyes bien determinadas, las cuales podemos predecir sin mayores inconvenientes si se pueden hacer los cálculos matemáticos; actualmente la física cuántica nos está diciendo que podríamos estar completamente equivocados. Porque las partículas subatómicas, de las que todo está y estamos formados, no parecen tener una regla clara. Aquí la diversidad y aleatoriedad es la regla.

Interesantemente así como los físicos se resisten a dejar sus ecuaciones que les confieren seguridad y control sobre la naturaleza, también nuestra sociedad (conservadora) se niega a aceptar la diversidad sexual y la igualdad de género. De manera que se hace necesario plantear una educación desde una perspectiva de género. Esto precisamente es lo que pretende alcanzar el presente ensayo, a saber: evidenciar la complejidad de los temas sexo y género, analizar algunas de las barreras para una educación desde la perspectiva de género y concluir con algunas acciones pertinentes para dicha educación.

Así, en un primer momento se aborda lo relacionado al marco conceptual, posteriormente la complejidad que implica el sexo y el género, después se observan factores que favorecen y que desfavorecen la educación desde la perspectiva de género y, por último, en las conclusiones se proponen algunas posibles acciones pertinentes para la educación que pretendemos.


Género, Sexo y Educación:
Una visión integral

Un abordaje pertinente de este tema implica, en un primer momento, un esclarecimiento conceptual que nos ubique en una adecuada comprensión del sentido en que se utilizan los conceptos de género, sexo y educación desde una perspectiva integral actualizada.

Conceptualización.
Pese a los avances que desde los años 60 hemos tenido en el desarrollo de una conceptualización adecuada relacionada al sexo y al género y el auge actual de la teoría de género, aún se torna complejo precisar y relacionar un sinnúmero de aspectos e implicaciones inherentes a dicha conceptualización.

Sexo.
El sexo se refiere a nuestra condición biológica, la cual desde una perspectiva evolutiva, nos diferencia entre machos y hembras de la especie. Sin embargo, desde la teoría de género, nos diferencia entre hombres y mujeres.

Género.
Según Woolfolk (2010) “El término género suele referirse a los rasgos y las conductas que una cultura particular considera apropiados para los hombres y para las mujeres” (p.94). Desde aquí, el género es una construcción sociocultural que debe ser aprehendida por hombres y mujeres para ser considerados como tales, pues nos convertimos en hombres y mujeres en la medida en que asumimos el conjunto de roles y prácticas que para cada uno ha creado la sociedad. En un sentido abarcador el género se refiere al conjunto de prácticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen entre los integrantes de un grupo humano en función de una simbolización de la diferencia anatómica entre hombres y mujeres (Lamas, 1996).

Un intrincado dilema.
Desde una visión conservadora y reduccionista es muy sencillo determinar qué nos hace humanos o en que somos similares o diferentes; así como también, las implicaciones de dichas semejanzas y diferencias. Por ejemplo, somos creación de Dios, hombres y mujeres y por voluntad de Dios, el hombre debe señorear sobre la mujer. Aquí todo es blanco o negro, sin escalas de grises.

No obstante, el intricado mundo de conocimientos al que asistimos actualmente nos está haciendo que nos cuestionemos al respecto. Sabemos que no somos el centro del universo, ni la cúspide de la evolución, ni hay una única forma de ver las cosas, lo cual nos obliga a reevaluar nuestros antiguos presupuestos dogmáticos en busca de una comprensión más plausible e inclusiva de todo lo que nos rodea.

En tal sentido cuando volvemos sobre nuestra identidad nos damos cuenta de que no es tan fácil definir lo que es ser hombre y mujer o encajarles en una taxonomía binomial. Pues sería muy fácil decir (como de hecho se hace) que alguien es hombre o mujer por la sola observación de sus genitales, ¿qué hay de sus cromosomas, gónadas y hormonas? Esto es sólo refiriéndonos al ámbito del sexo, pues en lo referente al género se complica aún más.

Pues bien, ya hemos dicho que el género es una construcción social. Socialmente tenemos los géneros masculinos y femeninos. Pero la cuestión no termina aquí, pues aunque (desde una visión conservadora) nos parezca irrelevante, cabe destacar que la complejidad que encierra determinar en realidad lo que somos no es cosa fácil de dilucidar.

En términos ideales existen los hombres: a nivel biológico (cromosomas XY, genital pene, gónada testículos y hormonas predominante testosteronas), a nivel de género (legalmente masculino, asumiendo roles de hombres), a nivel de identidad de género (convencido de que es hombre), a nivel de expresión del género (se expresa como hombre), a nivel de orientación sexual (se siente atraído por mujeres); y para la mujer lo inverso. El nivel ideal podríamos decir que es la media poblacional, pero y qué hay de los que salen de la media ¿qué son, bichos raros? En el mayor de los casos los rechazamos porque no podemos encajarlos en nuestros esquemas mentales tradicionales. Veamos el siguiente cuadro que he adaptado:

Nivel
Definición
Distribución
Determinantes
Sexo
Biológico
Macho, hembra e inter-sexo
Cromosomas, genitales, gónadas y hormonas
Género
Construcción social
Masculino, femenino (trans-género)
Genitales, legal, roles
Identidad de género
Auto-percepción
Hombre o mujer
Biológicos y psicosociales ¿…?
Expresión del género
Auto-expresión
Masculino, femenino (travesti)
Biológicos y psicosociales ¿…?
Orientación de género
Quien nos atrae
Homo-sexual, hetero-sexual, bi-sexual o a-sexual
Biológicos y psicosociales ¿…?

Hay casos clínicos que muestran toda esta diversidad. Para este ensayo tomemos en consideración un caso hipotético. Qué podemos decir de una persona que tiene cromosomas XY, gónadas ovarios, genitales pene, hormonas estrógenos. Cuando nació sólo le miraron los genitales y legalmente quedó siendo hombre. Sin embargo, la persona se siente ser mujer, pero por la presión social se expresa como hombre y le atraen los hombres, pero practica el sexo con mujeres.

Sé que es un caso extremo, pero nos da una luz de la complejidad que encierra el tema. Pues a simple vista esta persona tiene una orientación homosexual por ser legalmente hombre; pero si analizamos el hecho de que se siente ser mujer, entonces su orientación es heterosexual.

La cuestión con todo esto es que el tema del género es multifactorial y debe ser abordado desde lo biológico, lo genético, lo legal, lo psicológico, lo socio-cultural, lo moral, lo religioso, etc., ya que las implicaciones de este tema abarcan a la sociedad en todos sus órdenes.

Al respecto surgen un sinnúmero de cuestionantes sobre la igualdad entre hombres y mujeres, sobre si el homosexual nace o se hace, si se debe o no aceptar el matrimonio homosexual, si la mujer tiene derecho sobre su sexualidad, entre otros. La cuestión con todo esto es que en algunos casos no tenemos los conocimientos necesarios para tomar una posición objetiva basada en las evidencias, mientras que la controversia crece entre el fanatismo de los diversos bandos y en medio está la ciencia tratando de buscar una respuesta plausible.

De lo que estamos seguros es de que aunque aparezcan los datos científicos, el tema va más allá de las evidencias y tiene que ver con creencias y valoraciones tradicionales las cuales no son fácilmente transformables. De manera que unas de las barreras que tenemos al abordar este tema es la resistencia al cambio por parte de los sectores conservadores de la sociedad. Por otro lado está la falta de análisis crítico de la realidad.

Hacia una educación desde una perspectiva de género.
Para hablar de una educación desde una perspectiva de género, se deben tomar en consideración diversos factores que podrían favorecer o desfavorecer su consecución. Ya decíamos que la resistencia al cambio y la falta de un pensamiento crítico son barreras que desfavorecen un tratamiento pertinente del tema, pero también una educación desde esta perspectiva. Además está la falta de una consciencia clara sobre el tema, los prejuicios, estigmas, tabúes, fundamentalismos sociales y religiosos sobre el tema.

La tradición judeo-cristiana y la cultura greco-romana, moldeadas por la escolástica medieval, nos han legado que la mujer es inferior al hombre, que el hombre tiene dominio sobre el cuerpo y las decisiones de la mujer, que sólo existe un modo de relacionarse sexualmente (heterosexual), que sólo hay un modelo de familia (hombre, mujer e hijos-hijas), que todo lo que se sale de aquí es anormal, contra-natural, nocivo para el status quo. Por tal razón debe ser atacado, deteniéndolo sin más.

Nos han enseñado a vivir con y para el promedio, satanizando, patologizando, excluyendo, atacando y rechazando todo lo que se desvía de la media. También, que lo nuevo, lo diferente, lo desconocido es peligroso por antonomasia. Desde una cultura inmunológica es difícil la inclusión, pues se vive atacando a lo diferente. Por ello, es necesario romper con estos parámetros mentales y culturales para poder construir una educación desde una perspectiva de género.

Recientemente nos estamos dando cuenta de que las cosas no son sólo blanco o negro, de que los planteamientos cerrados no nos llevan hacia ningún lugar, sólo nos estancan y de que la realidad es diversa, por lo que las perspectivas reduccionistas sólo pueden llegar a resultados sesgados e inverosímiles.

Sobre esta coyuntura, una educación desde una perspectiva de género debe implicar un reconocimiento de que no existen únicamente dos formas legítimas de expresar nuestra orientación sexual e identidad de género; de que el promedio no significa que todo lo demás es imputable de condenación; que hombres y mujeres tienen igualdad de derechos; que las diferencias nos enriquecen en vez de ser nocivas; que educar en igualdad de derechos es lo correcto y que la exclusión de la diversidad corroe nuestra sociedad.

Por otro lado, es necesario estar convencidos de lo que venimos planteando, pues si, por ejemplo, las personas piensan que la diversidad género es cosa satánica, su comportamiento será de rechazo. Por ello, la educación desde la perspectiva de género implica concientización ciudadana de que eso es correcto.

Conclusiones.
El mundo en que vivimos, por la comunicación masiva y la globalización, nos expone ante las diferentes agendas que se plantean a nivel nacional e internacional. Actualmente asistimos a una sociedad que nos plantea la necesidad del respeto a la diversidad sexual y los derechos de la igualdad de género. Frente a ello, tenemos en nuestro país una sociedad hegemónica conservadora que motiva a la sociedad a luchar en contra de lo diferente, de lo que no es lo tradicional.

Por ello, pese a los esfuerzos que se vienen haciendo, es necesaria una educación desde una perspectiva de género que permita crear una consciencia social de lo positivo de la diversidad y de que es natural la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Para esto se hacen necesarias diversas acciones que favorezcan la construcción de una sociedad que respete y valore la diversidad.

Entonces, es necesario educar  para el respeto. Los organismos educativos deben estar convencidos y comprometidos con dicha educación, debe existir un marco legal que sustente dicho proceso. Además de campaña sociales para promover la educación desde la perspectiva de género.

En el entorno escolar, directivos, docentes, estudiantes, psicólogos y orientadores deben estar comprometidos y trabajar en integración con la comunidad. Así como también, haber apoyo social a la diversidad sexual e igualdad de género y consecuencias para cualquiera que atente contra ella. También debe reforzarse las leyes que favorecen la igualdad. Acabar con la feminización de la pobreza, de la crianza de los niños y niñas; que el padre también tenga responsabilidad en igualdad que la mujer con los hijos e hijas.

Obviamente, todo esto constituye un proceso lento y progresivo, que amerita de interés político, consciencia ciudadana, transformación social y de las estructuras de pensamiento; lo cual no es fácil, pero es posible.

Bibliografía.
Lamas, M. (1996). La Antropología Feminista y la Categoría de Género. México. Editorial Porrúa.
Tasso, V. (2008). Anti-Manual de Sexo. España.
Woolfolk, A. (2010). Psicología Educativa. XI Edición. México. Prentice Hall.

miércoles, 26 de abril de 2017

"EL SUFRIMIENTO DE JOB Y LA LEY DE LA RETRIBUCIÓN"

Por: Pedro M. Fernández - 2009

Los capítulos 1 y 2 del libro de Job, los cuales han sido denominados (por los estudiosos del libro) prólogo de éste, nos narran el relato introductorio a dicha novela. Y por contener éstos los aspectos introductorios del libro, pienso que me serán muy útiles para el presente ensayo.

Los capítulos antes mencionados, empiezan narrando la vida de un hombre llamado Job el cual es justo (v.1), y su justicia se ve reflejada en la gran cantidad de bienes que Dios le ha dado (v. 10). Aquí nos encontramos bajo la concepción de retribución, que se expresa en la fórmula pecado/castigo y justicia/bienestar. Es importante notar el énfasis hecho por el narrador sobre la justicia y la integridad de Job (cap. 1,1; 1,8; 2,3), pues no es solamente él quien dice que Job es íntegro, sino que el mismo Dios da testimonio de ello. Con esta insistencia de parte del narrador se nos prevé que todo lo que va a pasar a continuación en la vida de Job no podrá ser su culpa, porque Job no ha hecho nada malo. Aquí llega la pregunta de fondo, si Job es justo, entonces ¿por qué le vienen todos estos males?  En otras palabras ¿por qué le acarrean desgracia y sufrimiento al justo? Veamos el relato.

1.     Job y sus bienes 1,1-5:
Aquí se nos presenta a un hombre que –  según el narrador y también Dios (cap. 1,1; 1,8; 2,3) – es cabal, recto, que teme a Dios y se aparta del mal. Por eso, dicho hombre tiene una gran familia, tiene mucha riqueza, tiene buena fama en medio de su pueblo, es un hombre que lleva una buena vida religiosa; en conclusión: es perfecto. Por esta razón, es imposible que algo malo le pase, de acuerdo con la idea de la retribución, todo debe salirle bien. Por lo que desde ya podemos suponer, que el narrador quiere descartar dicha idea y situarnos frente a una nueva dimensión del sufrimiento humano.

2.     1er. plan de Dios y el satán contra Job 1,6-12:
Ahora se nos sitúa frente a una nueva dimensión, la dimensión de los dioses. Veamos que sucede.
Han llegado todos los hijos de Dios a presentarse ante El y, en medio de ellos (de los que han venido) está el acusador (el satán), el cual también es “hijo de Dios” –  según Pikaza, en Israel no existe el dualismo que presenta el Cristianismo entre el satán y Dios (Pikaza, 1996). Inmediatamente Dios se dirige al satán y le pregunta: ¿De dónde vienes? De andar por la tierra, él le responde. Pareciera que el satán es el más importante entre los hijos de Dios, por eso Dios se dirige a él de primero.

De aquí, por un lado, podemos sospechar que ya Dios tiene orquestado un plan contra Job. Pues lo pone en la agenda del Satán al mencionárselo. Pues, parece ser Él quien induce al satán para que se fije en Job. ¿Por qué razón? No lo sabemos. Pero todo parece indicar que es simplemente por gusto, pues El sabe de antemano que Job es justo e íntegro; pero quiere usarlo para probarle al Satán que Job realmente es íntegro. Parece paradójico, pues ¿quién es el satán para que Dios busque (sin el Satán preguntarle) demostrarle que los humanos lo aprecian? Por ahora, lo cierto es que la desgracia ya no estará regida por una ley de retribución, sino que sobre quien caiga la mirada de los dioses para ser (¿probado?), sea bueno o malo, rico o pobre le vendrá la desgracia.

Por otro lado, el satán, parece ser un personaje que desconfía de la integridad y la honradez de los humanos. El entiende que los humanos no son más que unos interesados, que invocan a Dios, sólo por lo que El les da (v. 9). En tal caso, Dios sería un simple objeto que los humanos utilizan para obtener lo que quieren, es decir, si Dios quiere que los humanos le invoquen; tiene que darles riqueza y bienestar, pues de lo contrario, lo maldicen y se olvidan de Él (v. 11). Esto será así, a menos que Dios demuestre lo contrario. Quizás por esto Dios quiere desmostarle al satán que aunque El castigue a los humanos, ellos le siguen invocando fielmente.  Quizás ésta sea la causa de la situación de Job, salvar la reputación de Dios ante el Satán. Pero si es así ¿quién es el Satán para que Dios busque con diligencia verse aprobado ante él, aun al costo del sufrimiento humano? ¿Será que el Satán es el hijo favorito de Dios? ¿O será que el Satán puede manipular a Dios, haciendo que maltrate a los humanos por puros caprichos? Pero ¿sería lógico que un dios pueda ser manipulado por uno de sus hijos? ¿Con qué suerte correrá el pueblo si su Dios permite que el Satán lo maltrate por caprichos sólo para probarle que los humanos le aman (a Dios) de gratis?

En muchas partes del antiguo testamento se presenta a Yahvé exigiendo que reconozcan que El tiene el poder. ¿Será que el autor del relato no está de acuerdo con la actitud dogmática de las diferentes tradiciones (religiosas, sapienciales…) judías, en las cuales Yahvé siempre era el protagonista? En todo caso, ya Dios no parece ser el Dios que recompensa a los seres humanos justamente (bienestar para el bueno, malestar para el malo), sino uno que para demostrarle al Satán que lo aman de gratis, manda mal y bien sobre justos y pecadores indistintamente. El pueblo ahora vivirá la incertidumbre de no poder hacer algo para ganarse la felicidad, pues no depende de sus acciones (justas) el estar bien o mal, sino de las decisiones de su Dios y los caprichos del Satán.

3.      Destrucción de los bienes de Job 1,13-22:
Aquí se relata cómo le quitaron la familia y todos los bienes materiales a Job. Hay cuatro reportes de destrucción (v. 14-19), todos empiezan y terminan de la misma manera: a) “Todavía estaba éste hablando, cuando llegó otro que dijo…” b) “Sólo yo pude escapar para traerte la noticia". El capítulo termina afirmando la integridad de Job, pues, En todo esto no pecó Job, ni profirió la menor insensatez contra Dios (v. 22). Es como si el autor dijera: si al bueno le viene el bien y al malo el mal, y Job es bueno (pues no pecó ni aun cuando Dios se ensañó contra él), entonces ¿por qué le viene el mal? ¿Cómo responder a eso? Por lo que ya no sirve para nada esa ley retributiva. Pero todo no termina aquí, pues apenas comienza.

4.     2do. plan de Dios y el satán contra Job 2,1-7a:
Parece que Dios va ganando en la apuesta. El satán ha despojado a Job de todo y todavía Job sigue íntegro. Pero el satán no se da por vencido tan fácilmente.

De vuelta en la dimensión de los dioses hay otra reunión de Dios con sus hijos y, en paralelo con la reunión pasada, ocurre prácticamente lo mismo. El satán llega y, de nuevo, Dios se pone a hablar con él, es con el único que habla, según el relato (cap. 2,2). El satán responde lo mismo que la primera vez: "De recorrer la tierra y pasearme por ella"(v.2). Parece que cada vez que el satán sale a pasear por la tierra castiga a alguien. Además, mira la obra de los humanos para impulsar a Dios a que los castigue. 

El caso es que, nuevamente Dios vuelve a hablar al satán acerca de Job. Pareciera que Dios tenía razón. Pero el satán aun no se fía de la integridad humana, ahora parece ser más escéptico. Según Pikaza, la nueva intervención de Satanás resulta más cínica, pues dice que al hombre no le importan los bienes exteriores, ni siquiera la familia, sino que solo le duele su falta de salud, la ruina interna: ¡solo nos queremos y buscamos a nosotros mismos! Dios nuevamente pone a Job en las manos del satán para que haga lo que quiera, sólo que no lo mate. ¿Dónde está la preocupación de Dios por los humanos, si los deja en las manos del acusador para que los maltrate?

5.     Enfermedad de Job 2,7b-10:
El satán descarga toda su furia contra Job y lo deja irreconocible con una enfermedad que lo destruía poco a poco, pero no lo mataba. Frente a esta situación, la mujer de Job toma la actitud plenamente humana frente a una situación adversa (es mejor morir rápidamente, que ser torturado lentamente hasta que llegue la muerte), por eso le dice: ¡maldice a tu Dios y muérete! (v. 9). La mujer de Job pensará, ¿para qué seguir fiel a un Dios que no se duele del sufrimiento humano? Para ella, un Dios que no le importa el sufrimiento humano no puede ser el Dios de los que sufren, por lo que a ella no le importa maldecirlo hasta la muerte. Pero Job persiste en ser fiel, a pesar de que su Dios es quien manda al Satán a castigarlo. Porque de Dios viene el bien y el mal (v. 10).

6.     Los amigos de Job 2,11-13:
El relato termina con la visita de los amigos de Job, los cuales al verle sólo se sientan a su lado y guardan silencio. Esa es la actitud pasiva que, muchas veces, toma la religión frente al que sufre. Pues aunque sabe que está sufriendo, por mantener incólumes sus intereses religiosos; mejor prefiere callar y pensar en cómo sacar libre la reputación de la religión, aun haciendo juicios injustos. Eso será lo que más adelante harán los amigos de Job. 

domingo, 23 de abril de 2017

"REVELACION Y CANONIZACION"

Por: Pedro M. Fernández

Al abordar estos conceptos, considero pertinente hacerlo desde su más hondo sentido religioso; comprendiendo lo religioso en su sentido primigenio (pre-institucional), como la experiencia de relación entre el ser humano y lo divino, o lo que es lo mismo, como experiencia espiritual.

En este contexto el ser humano se dirige hacia Dios en relación libre y gratuita. En dicha relación el obrar divino a favor del ser humano con la consecuente capacitación del ser humano para comprender dicho obrar como una acción divina es la revelación. Pues si bien es cierto que revelar tiene que ver con quitar el velo y mostrar la realidad que está detrás, no menos ciertos es que el espectador tiene que tener los ojos abiertos para poder ver.

La revelación de Dios para ser comprendida, debe partir de comprender la naturaleza intrínseca de Dios, lo cual es muy complejo. Pero podemos decir someramente que Dios se abre al ser humano, por medio de su obra a favor de este. Y los seres humanos que tienen los ojos espirituales abiertos logran ver la revelación de Dios. En este primer momento, la revelación es sólo experiencia sin más.

Luego de un proceso de creación mental, se racionaliza la experiencia y se crean dogmas para fijar aquello en lo que se cree. Pero se da el caso de que un grupo de seres humanos no puede captar toda la revelación de Dios, porque están limitados por su posicionalidad espacial, temporal y cosmovisiva. De aquí que sólo pueden tomar como base de su fe, la parte de la revelación de Dios que le ha sido desvelada en su experiencia.

Por cuestiones de intereses se hace necesario tener el control de lo que se cree, para mantener un ritmo fijo de fe, el ser humano canoniza (determina los límites de la revelación que van a regir a un grupo de fe). Pero sucede que la revelación divina trasciende y desborda la canonización humana.

La canonización da gran valor a la revelación contenida ante los que siguen dicha revelación, pero no es cierto que tal revelación sea mayor que la otra, pues Dios es el mismo. Y el canon no puede detenerlo para que no se revele más.


La revelación inicial canonizada sirve como referente de juicio de la nueva revelación, pues como de una fuente no puede salir agua dulce y amarga simultáneamente, es lógico que la revelación post-canónica tenga que tener coherencia con la canónica, si viene del mismo Dios.

lunes, 27 de marzo de 2017

"EL MISTERIO TEMPITERNO DEL AMOR"

Por: Pedro M. Fernández

La incipiente aventura se vaticinaba efímera;
Una intención sin intención germinaba en sus albores.
La visión del horizonte no traspasaba los linderos de nuestras narices;
El porvenir yacía esotérico a nuestra cognición.

El destino movías sus hilos;
El impacto de lo altamente improbable
Aguardaba impertérrito su kairós;
Dulce misterio de la serendipidad.


La colisión se concretizó;
El magnetismo de millones de átomos en interacción atrayente.
De la sinapsis el recuerdo en memoria se tornó;
De lo efímero a lo tempiterno furtivamente.
La mágica oxitocina del apego a la necesidad;
Delirio de lo inexorable.


¿Cómo eludir lo ineludible?
¿Cómo desasirse de lo inherente?


La imprevisión sucumbió,
El imponente porvenir floreció;
Del temor al amor en el alba. En un beso las tinieblas irradiaron fulgurante luz.

"RECUERDOS DE UNA EDAD DE ORO: ¿EXISTIERON DAVID Y SALOMÓN?"


(Reseña crítica de los aportes arqueológicos de Finkelstein y Silberman)
Por: Pedro M. Fernández

La esperanza israelita, como también la cristiana, en un מָשִׁיחַ (mashiáj) salvador, tiene su génesis en la figura de David. El título de David como el “ungido de Yahvé” da inicio a la figura mesiánica. De manera que David es el prototipo de rey para los israelitas, así como también para el cristianismo. De aquí que sería casi imposible pensar en la inexistencia histórica de David, eso sería, más que una falta de respeto, una blasfemia. Pero lo cierto es que la arqueología, como irreverente que mucha veces es ante las verdades bíblicas, se ha planteado esa pregunta ¿existió realmente David o, incluso, Salomón? ¿Qué pruebas hay sobre eso?

Los arqueólogos Israel Finkelstein y Neil Silberman han estado indagando por años sobre ese tema, y nos plantean su apreciación, la cual ellos han denominado “Recuerdos de una edad de oro”. Sobre sus aportes se desarrolla esta reseña. Pero, antes de entrar a lo que proponen Finkelstein y Silberman, veamos un resumen de lo que dice la Biblia sobre David y Salomón.

¿Qué dice la Biblia sobre David y Salomón?
Cuando leemos el texto bíblico nos damos cuenta de que el caos violento de la época de los Jueces dio paso a la monarquía. El primer libro de Samuel (4-5) nos narra cómo el ejército filisteo derrota a Israel y se lleva el Arca de la Alianza. Esto da paso a que el pueblo de Israel entienda que necesitan hombres que estén preparados para enfrentar los nuevos retos de guerra. Razón por la cual, después que recuperan del Arca (6.21), los ancianos del pueblo piden a Samuel que ponga un rey (8.5). Samuel aunque no quiere (8.6), tras consultar a Yahvé (8.7-9), le pone, por elección de Yahvé (9.16), a Saúl como rey (10.1). Saúl parece prometedor, pues es alto, hermoso y guerrero. Pero, por sus dudas íntimas y sus violaciones ingenuas de la ley divina es rechazado por Yahvé como rey. De forma que aunque Saúl es el primero en ser elegido como rey (16.1), el que se convierte en el personaje central de la monarquía es David.

David es un pastor de ovejas que, mientras Saúl aun reina, a espaldas de Saúl es ungido por Samuel como rey de Israel (16.13), pues Yahvé ha rechazado a Saúl. De aquí en adelante David empieza a ser proyectado como hacedor de grandes proezas. Tanto así que durante una guerra entre filisteos e israelitas, en la cual, de entre los filisteos sale un gigante (Goliat) que hace que Saúl con todo el ejército de Israel tiemblen de miedo, llega David como el Megamán hebreo a salvar el día (17.23-51). De esta manera ridiculiza a Saúl, demostrando así, quién tiene que ser el rey de Israel. Después el buen David huye de Saúl (19.18) para que no lo mate por haberlo defendido de Goliat.

Tiempos después, mueren trágicamente los hijos de Saúl y, éste se suicida (31). Después de esto, David desciende a Hebrón, donde es proclamado rey (2Sm 2.1-7). Así comienza el gran reino unificado de Israel. Pues David logra terminar con la oposición de los descendientes de Saúl (2. 8ss), y todas las tribus lo acogen como rey (5. 1-5). Después David conquista el fuerte jebuseo, y establece allí su capital (5. 6-10), en la cual recibe la promesa de una dinastía perpetua (7.8-16). David hace guerras liberacionista contra los pueblos de la Transjordania y vence, somete a los amorreos y reina desde Jerusalén hasta más allá de los límites de su territorio (8. 1ss). Pero no tiene paz hasta que muere.

A David le sucede Salomón como rey (1Re 1.39). Supuestamente él es el rey más sabio de la tierra, tiene una riqueza inimaginable y es un constructor formidable, él construye el templo de Jerusalén (6. 1ss). También edifica Jasor, Megiddo y Guézer (9.15). La Biblia dice en 1Reyes 10. 23-24: En riqueza y sabiduría, el rey Salomón superó a todos los reyes de la tierra. De todo el mundo venían a visitarlo, para aprender de la sabiduría de que Dios lo había llenado. Salomón consolida el reino de su padre David, porque el favor de Yahvé está con él. Ahora, su inmensa riqueza procede de la imposición de trabajos forzados a las tribus de Israel y expediciones comerciales internacionales.

Finkelstein y Silberman:
¿Existieron realmente David y Salomón?
 Las historias narradas por la Biblia, sobre David y Salomón, según Finkelstein y Silberman, han hecho que los lectores de la Biblia durante siglos hayan vuelto su mirada a la época de David y Salomón, mirándola como “una edad de oro” en la historia de Israel. De manera, que podía dudarse de la historicidad de los patriarcas, el éxodo, la conquista o los jueces, pero jamás de David y Salomón. Pues las grandes construcciones, los arqueólogos la adjudicaban a David y Salomón.

Sin embargo muchos de los pilares que sostenían la historicidad de David y Salomón están en debate recientemente. La expansión del reinado davídico y salomónico ahora es cuestionada. Pues las excavaciones realizadas recientemente no prueban que haya existido el gran reino de David y Salomón, sino que los grandes monumentos que se les atribuía a ellos su edificación, ahora son atribuidos a otros reyes.

Ahora, ¿existieron David y Salomón? Según Thomas Thompson, Niels Peter Lemche y Philip Davies, la monarquía unitaria de Israel, David y Salomón y toda la descripción bíblica de la historia de Israel no son más que construcciones ideológicas hábilmente elaboradas, producidas en Jerusalén por círculos sacerdotales en tiempos posteriores al exilio o época helenística. Una lectura rigurosa de la descripción bíblica de la época de Salomón da a entender que se trata de un retrato de un pasado idealizado. Pues, a pesar de tanta fama y riqueza que tenía, ni David ni Salomón se mencionan ni siquiera en un solo texto conocido de Egipto o Mesopotamia. En todas las excavaciones desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX, nada se halló del fabuloso y complejo palacio salomónico.

A esta situación, algunos responden que no hay restos del período davídico y salomónico, porque fueron eliminados por las construcciones masivas herodianas y, que no son mencionados en textos egipcios o mesopotámicos, porque entre 1005-930 a.E.C. estos imperios estaban en decadencia, lo que justifica que no hayan escritos.

Toda la discusión dio un giro en el verano de 1993, cuando se encontró una inscripción de “la Casa de David” en donde dice, entre otras cosas, el rey Jazael que había matado a Ocozías hijo de Jorán, rey de la casa de David. Con esto, ya se sabe que David y Salomón existieron. Ahora, hasta qué punto es cierta la esplendidez de los reinos de David y Salomón.

Grandeza de los reinos davídico y salomónico:
Los estudiosos están tratando de ver mediante la arqueología si las descripciones bíblicas, de los reinos de David y Salomón, tienen sentido histórico. Las recientes prospecciones arqueológicas muestran que Judá ocupaba un territorio que se extendía aproximadamente desde el sur de Jerusalén hasta las márgenes septentrionales del Neguev.  Estos eran terrenos abruptos, aislados de las regiones vecinas y escasas precipitaciones; mientras que el norte tenía valles abiertos, buena agricultura y rutas hacia las demás naciones.

Las últimas excavaciones que se han hecho en busca de la Jerusalén bíblica no dan prueba de que haya estado ocupada en el siglo X a.E.C. A esto algunos responden, que las construcciones posteriores han borrado todo rastro de la ciudad de Jerusalén. En cambio, las excavaciones en la ciudad de David han dado hallazgos del bronce medio y de los últimos siglos de la edad de hierro, pero nada del siglo X a.E.C.

Según una evaluación más optimista Jerusalén en el siglo X a.E.C. no era más grande que cualquier pueblo corriente de las comarcas cercanas. Esta modesta valoración concuerda con el tipo de poblamiento más bien exiguo del resto de Judá de aquel mismo período.

En vista de estos descubrimientos ¿cuál fue la amplitud de la conquista de David? Por otra parte, ¿instauró Salomón una monarquía gloriosa sobre el reinado conquistado por David? Las grandes conquistas que se adjudican a David sólo parecen haber sucedido en teorías, pues lo cierto es que David no pudo ser más que un cacique tribal. De manera que las grandes conquistas no eran más que medios sutiles en los que el cacique tribal de las tierras altas ofrecía cierto tipo de seguridad a las comunidades de las tierras más bajas.

En cuanto a Salomón, Yigael Yadin entendió que Megiddo, Guézer y Jasor fueron construidas por Salomón, basado en 1R 9.15. Porque en cada una de estas ciudades habían puertas similares. Así que él pensó que fue obra de un solo constructor, el cual tuvo que ser Salomón. Mas adelante, Yadin descubrió en Megiddo un palacio de 1830 metros, y un alumno suyo adjudicó la construcción del mismo a Salomón, diciendo que era exactamente el palacio que dice la Biblia que él hizo en Jerusalén. Pero surgió la interrogante ¿si Jerusalén era un pueblo subdesarrollado en el siglo X a.E.C. cómo pudo Salomón construir maravillosos templos en otros pueblos, mientras su ciudad era una aldea? De aquí, que las antiguas pruebas arqueológicas del gran reino davídico y salomónico resultaron de dataciones estereotipadas y erróneas.

Los nuevos descubrimientos a partir del carbono 14 muestran que lo que se había fechado de mediados del siglo XI a.E.C. es del X a.E.C. y lo que se había considerado del siglo X a.E.C. es del IX a.E.C. Así que, en tiempos de David, Jerusalén no pasaba de ser un pueblo típico de las tierras altas. Judá quizás tenía aproximadamente unas 5mil personas dispersas entre las montañas y llevaba vida de pastores para el siglo X a.E.C.

Ahora, ¿por qué quedaron estos reyes en la historia? Aquí lo único que podemos decir con seguridad es que existieron.


Partiendo de la Historia Deuteronomista, quizás no sería inadecuado decir que los grandes reinos de estos personajes sea parte de la construcción deuteronomista. Quizá, realmente, David y Salomón sólo fueron unos caciques tribales. Pero si fue así, lo más probable es que David tuviera mucha influencia en las pequeñas comunidades que existían en su tiempo. Y tal vez la grandeza de Salomón sea sólo una forma de expresar cómo se divide un gran reino cuando no es fiel a Yahvé. Puede ser que tanto David como Josué, por los paralelos que tienen con Josías, sean únicamente personajes idealizados que representan los planes de Josías. Siempre el reino del Norte fue más fuerte, próspero y desarrollado que el del Sur, pero con su caída y el debilitamiento del imperio asirio Josías pudo haber proyectado hacia el pasado lo que pretendía en el presente. Quizás es Josías el responsable de todo.

"DIOS NO ES MONOPOLIO DE ALGUIEN"

Por: Pedro M. Fernández

En una ocasión Jesús dijo: "Oye, Israel, el Señornuestro Dios; el Señoruno es" (cf. Mc 12.29). Si esto es así, entonces, podemos afirmar que hay una Deidad que es para toda la humanidad. De aquí, que Dios no puede ser el patrimonio de un pueblo, ni el monopolio de una tradición religiosa o grupo denominacional, sino que es Dios de toda la humanidad.

El problema es que muchas tradiciones religiosas (entre ellas la judeo-cristiana) afirman poseer al único Dios, de manera que, quien desee relacionarse con el Dios “verdadero”, tendrá que adherirse a dicha religión. Aquí lo divino dejar de ser "nuestro Dios", en sentido universalizante, para convertirse en el monopolio que una religión que lo utiliza como instrumento de proselitismo.

En consecuencia, surge la siguiente interrogante, si de verdad hay un sólo Dios, ¿por qué muchas tradiciones religiosas aseveran poseer al verdadero Dios? Al respecto dirá Leonardo Boff, hablando en términos teológicos: "Todo punto de vista no es más que la vista de un punto". Es decir que Dios es uno para toda la humanidad; lo que sucede es que cada quien tiene un punto de vista teológico diferente. Dios es ese punto al que toda la humanidad religiosa mira, cada quien desde su posicionalidad.

Ahora bien, aun afirmando que no existen diversos dioses, sino diversos puntos de vista en torno al mismo Dios, surge una interrogante más ¿Cuál de todos los diversos puntos de vista es el verdadero? Esto, porque mucha gente quiere poseer una verdad que le sirva como columna de la cual poder apoyar su fe. Quizás aquí sea pertinente citar las palabras del Pseudo-Dionisio: "De Dios lo único que sabemos con certeza es lo que no es", pues, a Dios lo vio jamás", dirá Jesús. Desde aquí, lo único que podemos afirmar es que nadie tiene la verdad última sobre la naturaleza y el modo de ser específico inherente a lo divino. El punto de vista verdadero no existe como patrimonio de ninguna tradición religiosa, sino que el punto de vista verdadero, si es que tal punto existe, estará disperso entre los diferentes puntos de vista. Sólo en la unión ecuménica de todas las religiones, razas, culturas, etc., por medio de los vínculos de la paz y el amor (cosa que no veo que haya interés en que suceda), encontraremos el punto de vista verdadero.

Tenemos que tener claro que nadie podrá apropiarse del "Totalmente Otro", Karl Barth. Hay que repetirlo hasta la saciedad: Dios no es patrimonio ni monopolio de ninguna tradición religiosa (sin importar lo exclusiva, redentora, inspirada o revelada que esta se proyecte), como tampoco el Cristo lo es, dirá José Amando Robles, siguiendo el pensamiento de Raimon Panikkar. De manera, que aunque cualquier tradición (entre estas subrayamos la judeo-cristiana), poseída por un complejo de exclusivismo etnoteistas, pretenda ser portadora del único Dios verdadero y de sus verdades, lo cierto es que no posee nada más que su propio punto de vista, igual que las demás tradiciones, acerca de ese Dios que es universal.


Es lamentable que, con el paso del tiempo, las diversas tradiciones religiosas (sobre todo las occidentales), en vez de ser un enlace entre Dios y la humanidad, como indica el término religión (religare) en su sentido primigenio, se hayan convertido en un estorbo para el establecimiento de dicha relación de espiritualidad. Pues, pudiendo ser todos los ser humanos hermanos y hermanas (como muestra el mito fundacional de Génesis 1-11.26), las religiones, con sus ideologías separatistas, nos han fraccionado en grupos adversarios, pues las mayorías  de las religiones crean su identidad sobre la desvalorización, el desacredito y degradación de las otras.

"COMPLEJIDAD HUMANA"

Por: Pedro M. Fernández

Los seres humanos constituimos una compleja realidad que integra diversos elementos. Tenemos defectos, pero también virtudes; tenemos debilidades, pero también fortalezas; tenemos miedos, pero también valentía; a veces nos equivocamos, pero otras acertamos. Como es lógico, cualquier persona preferirá presentar su parte positiva antes que la negativa. Además, no creo que nadie quiera estar con alguien que siempre se equivoca, que sólo muestra sus defectos, que siempre viva con miedo o que sólo exhiba debilidades. Estoy seguro de que preferiríamos pegarnos a alguien que siempre acertase, que muestra sus virtudes, que sea valiente y que exhiba sus fortalezas.

El caso es que ninguno de estos extremos están solos en un ser humano, porque los humanos tenemos las dos partes: siempre tendremos ciertos miedos en algunos casos y tendremos valentía en otros, siempre nos equivocaremos en parte y en parte acertaremos, siempre tendremos nuestro lado débil y nuestro lado fuerte, siempre tendremos partes defectuosas y otras que funcionen bien.


Así que no esperemos que ningún ser humano sea perfecto, porque eso es imposible, lo que sí podemos hacer es hacerle consciente de su realidad, que se acepte como es y que afronte lo que es. Tampoco pidamos a los demás algo que no pueden dar, debemos apreciar a los demás tales y como son, sabiendo que somos igualmente diferentes a ellos.

SARS-COV-2 (COVID-19): Pánico, Demonios y Conspiraciones

"Una reflexión desde la Psicología Social y la Sociología de la Religión" Pedro M. Fernández “Es necesario que todo e...