lunes, 27 de marzo de 2017

"DIOS NO ES MONOPOLIO DE ALGUIEN"

Por: Pedro M. Fernández

En una ocasión Jesús dijo: "Oye, Israel, el Señornuestro Dios; el Señoruno es" (cf. Mc 12.29). Si esto es así, entonces, podemos afirmar que hay una Deidad que es para toda la humanidad. De aquí, que Dios no puede ser el patrimonio de un pueblo, ni el monopolio de una tradición religiosa o grupo denominacional, sino que es Dios de toda la humanidad.

El problema es que muchas tradiciones religiosas (entre ellas la judeo-cristiana) afirman poseer al único Dios, de manera que, quien desee relacionarse con el Dios “verdadero”, tendrá que adherirse a dicha religión. Aquí lo divino dejar de ser "nuestro Dios", en sentido universalizante, para convertirse en el monopolio que una religión que lo utiliza como instrumento de proselitismo.

En consecuencia, surge la siguiente interrogante, si de verdad hay un sólo Dios, ¿por qué muchas tradiciones religiosas aseveran poseer al verdadero Dios? Al respecto dirá Leonardo Boff, hablando en términos teológicos: "Todo punto de vista no es más que la vista de un punto". Es decir que Dios es uno para toda la humanidad; lo que sucede es que cada quien tiene un punto de vista teológico diferente. Dios es ese punto al que toda la humanidad religiosa mira, cada quien desde su posicionalidad.

Ahora bien, aun afirmando que no existen diversos dioses, sino diversos puntos de vista en torno al mismo Dios, surge una interrogante más ¿Cuál de todos los diversos puntos de vista es el verdadero? Esto, porque mucha gente quiere poseer una verdad que le sirva como columna de la cual poder apoyar su fe. Quizás aquí sea pertinente citar las palabras del Pseudo-Dionisio: "De Dios lo único que sabemos con certeza es lo que no es", pues, a Dios lo vio jamás", dirá Jesús. Desde aquí, lo único que podemos afirmar es que nadie tiene la verdad última sobre la naturaleza y el modo de ser específico inherente a lo divino. El punto de vista verdadero no existe como patrimonio de ninguna tradición religiosa, sino que el punto de vista verdadero, si es que tal punto existe, estará disperso entre los diferentes puntos de vista. Sólo en la unión ecuménica de todas las religiones, razas, culturas, etc., por medio de los vínculos de la paz y el amor (cosa que no veo que haya interés en que suceda), encontraremos el punto de vista verdadero.

Tenemos que tener claro que nadie podrá apropiarse del "Totalmente Otro", Karl Barth. Hay que repetirlo hasta la saciedad: Dios no es patrimonio ni monopolio de ninguna tradición religiosa (sin importar lo exclusiva, redentora, inspirada o revelada que esta se proyecte), como tampoco el Cristo lo es, dirá José Amando Robles, siguiendo el pensamiento de Raimon Panikkar. De manera, que aunque cualquier tradición (entre estas subrayamos la judeo-cristiana), poseída por un complejo de exclusivismo etnoteistas, pretenda ser portadora del único Dios verdadero y de sus verdades, lo cierto es que no posee nada más que su propio punto de vista, igual que las demás tradiciones, acerca de ese Dios que es universal.


Es lamentable que, con el paso del tiempo, las diversas tradiciones religiosas (sobre todo las occidentales), en vez de ser un enlace entre Dios y la humanidad, como indica el término religión (religare) en su sentido primigenio, se hayan convertido en un estorbo para el establecimiento de dicha relación de espiritualidad. Pues, pudiendo ser todos los ser humanos hermanos y hermanas (como muestra el mito fundacional de Génesis 1-11.26), las religiones, con sus ideologías separatistas, nos han fraccionado en grupos adversarios, pues las mayorías  de las religiones crean su identidad sobre la desvalorización, el desacredito y degradación de las otras.

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