lunes, 27 de marzo de 2017

"RECUERDOS DE UNA EDAD DE ORO: ¿EXISTIERON DAVID Y SALOMÓN?"


(Reseña crítica de los aportes arqueológicos de Finkelstein y Silberman)
Por: Pedro M. Fernández

La esperanza israelita, como también la cristiana, en un מָשִׁיחַ (mashiáj) salvador, tiene su génesis en la figura de David. El título de David como el “ungido de Yahvé” da inicio a la figura mesiánica. De manera que David es el prototipo de rey para los israelitas, así como también para el cristianismo. De aquí que sería casi imposible pensar en la inexistencia histórica de David, eso sería, más que una falta de respeto, una blasfemia. Pero lo cierto es que la arqueología, como irreverente que mucha veces es ante las verdades bíblicas, se ha planteado esa pregunta ¿existió realmente David o, incluso, Salomón? ¿Qué pruebas hay sobre eso?

Los arqueólogos Israel Finkelstein y Neil Silberman han estado indagando por años sobre ese tema, y nos plantean su apreciación, la cual ellos han denominado “Recuerdos de una edad de oro”. Sobre sus aportes se desarrolla esta reseña. Pero, antes de entrar a lo que proponen Finkelstein y Silberman, veamos un resumen de lo que dice la Biblia sobre David y Salomón.

¿Qué dice la Biblia sobre David y Salomón?
Cuando leemos el texto bíblico nos damos cuenta de que el caos violento de la época de los Jueces dio paso a la monarquía. El primer libro de Samuel (4-5) nos narra cómo el ejército filisteo derrota a Israel y se lleva el Arca de la Alianza. Esto da paso a que el pueblo de Israel entienda que necesitan hombres que estén preparados para enfrentar los nuevos retos de guerra. Razón por la cual, después que recuperan del Arca (6.21), los ancianos del pueblo piden a Samuel que ponga un rey (8.5). Samuel aunque no quiere (8.6), tras consultar a Yahvé (8.7-9), le pone, por elección de Yahvé (9.16), a Saúl como rey (10.1). Saúl parece prometedor, pues es alto, hermoso y guerrero. Pero, por sus dudas íntimas y sus violaciones ingenuas de la ley divina es rechazado por Yahvé como rey. De forma que aunque Saúl es el primero en ser elegido como rey (16.1), el que se convierte en el personaje central de la monarquía es David.

David es un pastor de ovejas que, mientras Saúl aun reina, a espaldas de Saúl es ungido por Samuel como rey de Israel (16.13), pues Yahvé ha rechazado a Saúl. De aquí en adelante David empieza a ser proyectado como hacedor de grandes proezas. Tanto así que durante una guerra entre filisteos e israelitas, en la cual, de entre los filisteos sale un gigante (Goliat) que hace que Saúl con todo el ejército de Israel tiemblen de miedo, llega David como el Megamán hebreo a salvar el día (17.23-51). De esta manera ridiculiza a Saúl, demostrando así, quién tiene que ser el rey de Israel. Después el buen David huye de Saúl (19.18) para que no lo mate por haberlo defendido de Goliat.

Tiempos después, mueren trágicamente los hijos de Saúl y, éste se suicida (31). Después de esto, David desciende a Hebrón, donde es proclamado rey (2Sm 2.1-7). Así comienza el gran reino unificado de Israel. Pues David logra terminar con la oposición de los descendientes de Saúl (2. 8ss), y todas las tribus lo acogen como rey (5. 1-5). Después David conquista el fuerte jebuseo, y establece allí su capital (5. 6-10), en la cual recibe la promesa de una dinastía perpetua (7.8-16). David hace guerras liberacionista contra los pueblos de la Transjordania y vence, somete a los amorreos y reina desde Jerusalén hasta más allá de los límites de su territorio (8. 1ss). Pero no tiene paz hasta que muere.

A David le sucede Salomón como rey (1Re 1.39). Supuestamente él es el rey más sabio de la tierra, tiene una riqueza inimaginable y es un constructor formidable, él construye el templo de Jerusalén (6. 1ss). También edifica Jasor, Megiddo y Guézer (9.15). La Biblia dice en 1Reyes 10. 23-24: En riqueza y sabiduría, el rey Salomón superó a todos los reyes de la tierra. De todo el mundo venían a visitarlo, para aprender de la sabiduría de que Dios lo había llenado. Salomón consolida el reino de su padre David, porque el favor de Yahvé está con él. Ahora, su inmensa riqueza procede de la imposición de trabajos forzados a las tribus de Israel y expediciones comerciales internacionales.

Finkelstein y Silberman:
¿Existieron realmente David y Salomón?
 Las historias narradas por la Biblia, sobre David y Salomón, según Finkelstein y Silberman, han hecho que los lectores de la Biblia durante siglos hayan vuelto su mirada a la época de David y Salomón, mirándola como “una edad de oro” en la historia de Israel. De manera, que podía dudarse de la historicidad de los patriarcas, el éxodo, la conquista o los jueces, pero jamás de David y Salomón. Pues las grandes construcciones, los arqueólogos la adjudicaban a David y Salomón.

Sin embargo muchos de los pilares que sostenían la historicidad de David y Salomón están en debate recientemente. La expansión del reinado davídico y salomónico ahora es cuestionada. Pues las excavaciones realizadas recientemente no prueban que haya existido el gran reino de David y Salomón, sino que los grandes monumentos que se les atribuía a ellos su edificación, ahora son atribuidos a otros reyes.

Ahora, ¿existieron David y Salomón? Según Thomas Thompson, Niels Peter Lemche y Philip Davies, la monarquía unitaria de Israel, David y Salomón y toda la descripción bíblica de la historia de Israel no son más que construcciones ideológicas hábilmente elaboradas, producidas en Jerusalén por círculos sacerdotales en tiempos posteriores al exilio o época helenística. Una lectura rigurosa de la descripción bíblica de la época de Salomón da a entender que se trata de un retrato de un pasado idealizado. Pues, a pesar de tanta fama y riqueza que tenía, ni David ni Salomón se mencionan ni siquiera en un solo texto conocido de Egipto o Mesopotamia. En todas las excavaciones desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX, nada se halló del fabuloso y complejo palacio salomónico.

A esta situación, algunos responden que no hay restos del período davídico y salomónico, porque fueron eliminados por las construcciones masivas herodianas y, que no son mencionados en textos egipcios o mesopotámicos, porque entre 1005-930 a.E.C. estos imperios estaban en decadencia, lo que justifica que no hayan escritos.

Toda la discusión dio un giro en el verano de 1993, cuando se encontró una inscripción de “la Casa de David” en donde dice, entre otras cosas, el rey Jazael que había matado a Ocozías hijo de Jorán, rey de la casa de David. Con esto, ya se sabe que David y Salomón existieron. Ahora, hasta qué punto es cierta la esplendidez de los reinos de David y Salomón.

Grandeza de los reinos davídico y salomónico:
Los estudiosos están tratando de ver mediante la arqueología si las descripciones bíblicas, de los reinos de David y Salomón, tienen sentido histórico. Las recientes prospecciones arqueológicas muestran que Judá ocupaba un territorio que se extendía aproximadamente desde el sur de Jerusalén hasta las márgenes septentrionales del Neguev.  Estos eran terrenos abruptos, aislados de las regiones vecinas y escasas precipitaciones; mientras que el norte tenía valles abiertos, buena agricultura y rutas hacia las demás naciones.

Las últimas excavaciones que se han hecho en busca de la Jerusalén bíblica no dan prueba de que haya estado ocupada en el siglo X a.E.C. A esto algunos responden, que las construcciones posteriores han borrado todo rastro de la ciudad de Jerusalén. En cambio, las excavaciones en la ciudad de David han dado hallazgos del bronce medio y de los últimos siglos de la edad de hierro, pero nada del siglo X a.E.C.

Según una evaluación más optimista Jerusalén en el siglo X a.E.C. no era más grande que cualquier pueblo corriente de las comarcas cercanas. Esta modesta valoración concuerda con el tipo de poblamiento más bien exiguo del resto de Judá de aquel mismo período.

En vista de estos descubrimientos ¿cuál fue la amplitud de la conquista de David? Por otra parte, ¿instauró Salomón una monarquía gloriosa sobre el reinado conquistado por David? Las grandes conquistas que se adjudican a David sólo parecen haber sucedido en teorías, pues lo cierto es que David no pudo ser más que un cacique tribal. De manera que las grandes conquistas no eran más que medios sutiles en los que el cacique tribal de las tierras altas ofrecía cierto tipo de seguridad a las comunidades de las tierras más bajas.

En cuanto a Salomón, Yigael Yadin entendió que Megiddo, Guézer y Jasor fueron construidas por Salomón, basado en 1R 9.15. Porque en cada una de estas ciudades habían puertas similares. Así que él pensó que fue obra de un solo constructor, el cual tuvo que ser Salomón. Mas adelante, Yadin descubrió en Megiddo un palacio de 1830 metros, y un alumno suyo adjudicó la construcción del mismo a Salomón, diciendo que era exactamente el palacio que dice la Biblia que él hizo en Jerusalén. Pero surgió la interrogante ¿si Jerusalén era un pueblo subdesarrollado en el siglo X a.E.C. cómo pudo Salomón construir maravillosos templos en otros pueblos, mientras su ciudad era una aldea? De aquí, que las antiguas pruebas arqueológicas del gran reino davídico y salomónico resultaron de dataciones estereotipadas y erróneas.

Los nuevos descubrimientos a partir del carbono 14 muestran que lo que se había fechado de mediados del siglo XI a.E.C. es del X a.E.C. y lo que se había considerado del siglo X a.E.C. es del IX a.E.C. Así que, en tiempos de David, Jerusalén no pasaba de ser un pueblo típico de las tierras altas. Judá quizás tenía aproximadamente unas 5mil personas dispersas entre las montañas y llevaba vida de pastores para el siglo X a.E.C.

Ahora, ¿por qué quedaron estos reyes en la historia? Aquí lo único que podemos decir con seguridad es que existieron.


Partiendo de la Historia Deuteronomista, quizás no sería inadecuado decir que los grandes reinos de estos personajes sea parte de la construcción deuteronomista. Quizá, realmente, David y Salomón sólo fueron unos caciques tribales. Pero si fue así, lo más probable es que David tuviera mucha influencia en las pequeñas comunidades que existían en su tiempo. Y tal vez la grandeza de Salomón sea sólo una forma de expresar cómo se divide un gran reino cuando no es fiel a Yahvé. Puede ser que tanto David como Josué, por los paralelos que tienen con Josías, sean únicamente personajes idealizados que representan los planes de Josías. Siempre el reino del Norte fue más fuerte, próspero y desarrollado que el del Sur, pero con su caída y el debilitamiento del imperio asirio Josías pudo haber proyectado hacia el pasado lo que pretendía en el presente. Quizás es Josías el responsable de todo.

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